Rafael Montaño García

Ficha Técnica
RESUMEN

Presentamos un breve recorrido por la Fiesta de la Manzanilla de 1939. Tras la guerra civil los bodegueros sanluqueños y la administración local, recuperan una tradicional celebración para reflotar el negocio vinatero, en uno de los momentos más grandes de hambre y miseria de nuestra historia contemporánea.

PALABRAS CLAVE

Manzanilla, Bodegas, Guerra Civil, sociedad, hambre.

ABSTRACT

We offer a briefing about the Fiesta of the Manzanilla in 1939. Right aAfter the Spanish Civil War the Sanlúcar wine cellars and the local administration joined efforts to recover a traditional celebration in order to repristinate and increase wine sales since the citu was living one of the worst periods in its History.

KEYWORDS
Manzanilla wine, wine cellars, Spanish Civil War, Society, Starvation.

«Tercer año triunfal con brillantina, los señoritos cierran Alazán, y en un barquito Miguel de Molina se embarca caminito de ultramar. Habían pasado ya los Nacionales…»

Habían pasado si, como bien cantaría en maestro Sabina, y como a la hora de la zambra en Los Gabrieles llegaba el momento de intentar volver a la «normalidad», cosa más que difícil después de una guerra de tres años y una España completamente rota. En nuestras aceras, la Sanlúcar en blanco y negro del hambre de 1939, reconstruía su urdimbre social entre corridas de toros, verbenas populares y desfiles militares, y entre aquel concierto de variedades, encontramos una fiesta que bien podría ser una predecesora de nuestra Feria de la Manzanilla, pues aquella Sanlúcar marinera, aquella Sanlúcar preñada de campiñas y bodegas, tejía sus veladas populares al calor de nuestra manzanilla como buque insignia de nuestra ciudad.

Se presentaba el verano de 1939 con diversos espectáculos, solo por supuesto para los que podían permitírselo. En agosto, una corrida de toros con novillos de Villamarta y que según la prensa del momento: fueron escurridos, se ofrecieron para los diestros Mariano Rodríguez, que pasó sin pena ni gloria, Pepe Luis Vázquez, con una faena discreta y, Paquito Casado, que la suerte le fue esquiva, aquella novillada fue la antesala a la Gran Fiesta de la Manzanilla que se celebraría el 3 de septiembre en los jardines del Pino. Aquella celebración, no era nueva, pues ya en 1929 se organizó la primera Fiesta de la Manzanilla, en un tándem entre el ayuntamiento y las casas vinateras de nuestra ciudad y, que estuvo centrada en un magnifico certamen de carrozas que se convirtió en la sensación de la verbena[1].

Diez años después, y en una situación muy diferente a la primera, se volvía a poner en práctica dicho espectáculo, centrados en poner en realce las bodegas y las marcas existentes en su momento, en una clara visión de intentar reconstruir nuevamente su red clientelar y de consumo.

Engalanados los jardines del Pino, aquel romántico y frondoso vergel, fue convirtiéndose en una pequeña feria donde las casetas de las bodegas, empavesaban la vista a propios y forasteros, una cálida noche de verano, de las de aquí, marcaban el espectáculo que debía de comenzar a las 10 de la noche. Un destartalado coche municipal, hacía sonar en las calles el comienzo de la misma: «¡Sanluqueños, esta noche en los Jardines del Pino, la Gran Fiesta de la Manzanilla, si quiere pasar una bonita velada por una causa benéfica, acuda al gran evento del veraneo sanluqueño en este III Año de la Victoria…!»

Poco a poco el gentío fue llenando el espacio habilitado, una colección de sombreros de caballeros y un crisol de mantones de Manila y trajes de flamenca, fueron salpicando de colores la noche sanluqueña, pues era norma explícita, que las señoras y señoritas así fuesen ataviadas. Las instrucciones para el funcionamiento de la fiesta quedaban resumidas de la siguiente forma:

  1. Para evitar excesos y abusos que serían lamentables de una parte y de otra, por el fin benéfico a que se destinará el beneficio líquido de la venta de Manzanilla, se prohíbe terminantemente despachar gratuitamente en las instalaciones. La Comisión no duda conociendo la seriedad de las casas concurrentes, que ésta regla se observará a toda costa.
  2. Convenientemente distribuidas, se instalarán taquillas donde se venderán los vales que servirán para adquirir el vino en las instalaciones. Estos vales serán de botella, media botella y copa, al precio de 6,00, 3,00 y 0,50 pesetas, respectivamente.
  3. Las Casas instaladoras conservarán los vales para presentarlos a la Comisión juntamente con las facturas del vino consumido, a los precios de tarifa de las respectivas casas o con los descuentos que tengan a bien hacer. Las diferencias entre las facturas y el importe de los vales, serán destinados a los fines benéficos que la Comisión determine.
  4. Por la naturaleza de la fiesta (Fiesta de la Manzanilla) las Casas se abstendrán de exponer y vender otras bebidas que no sea propiamente la típica Manzanilla Sanluqueña.

Las principales firmas manzanilleras que formaban parte del entramado industrial vinatero de Sanlúcar, y que algunas de las nombradas a continuación, se dieron cita en aquella esplendida rosaleda fueron. Antonio Barbadillo, con sus marcas «Sirena» y «Solear», Francisco García de Velasco, con «Los 48» y «Soleares», Manuel García Monge, con «Pipiola», «Coral», «Triunfal La Nueva España», Herederos de Argüeso, con «San León» y «Argüeso», Miguel Sánchez Ayala, con «Paloma Blanca», «Pilarica» y «Gabriela», Benito Rodríguez La-Cave, con «Barbiana» y «Pololo», Vinícola M. Hidalgo y Cía., con «La Gitana» y «Las Cuarenta», Hijo de José Delgado Zuleta, con «La Goya», «Goyesca» y «Lola», Braulio Martínez y Hermanos, con «La Broa», «San Jerónimo» y «Bética», Hijos de Rainera Pérez Marín, con «La Guita», Hijos de Pedro Romero Villarreal, con «Aurora», «A» y «S», Viuda de Manjón, con «El Rocío» y «Montañeses de la perla fina», Cayetano Ñudi, con «40 HP» y «Rosita», Florido Hermanos, con «Clásica» y «Hilda», Florido y Cía., con «Mari-Ana», Manuel Lagares, con «Cristalina» y «Carcelera», Carlos de Otaolaurruchi, con «Victoria» y «Las Canillas», Ángel del Río, con «Cristino», «Paquito Casado» y «La Rubia», Viuda de A. Pérez Megía, con su manzanilla «Alegría», Enrique Moreno, con «La Celada» y «La Única», Manuel Barón, con «Atalaya», José Centeno Lagarejo, con «España», «Sevillana», «Santa Isabel» entre otras más que se quedarán en los anales de la historia publicitaria de nuestra tierra.

Etiqueta dedicada a Adolf Hitler

Figura 1. Etiqueta dedicada por la Asociación de Cosecheros, Almacenistas y Exportadores de Vinos a Adolf Hitler, tras la visita de la marina alemana a Sanlúcar en septiembre de 1936: «Al Líder del pueblo alemán con gratitud, los cosecheros, almacenistas y exportadores de vinos de Sanlúcar de Barrameda2». Col. Particular.

 

En los jardines fue instalada una iluminación especial para la ocasión, al igual que una hermosa pista de baile. Amenizando la velada la Banda Municipal de Música y la orquesta denominada «Ibérica». El resto de servicios que se establecieron fueron el de buñolería y el del bar, en el cual, se despacharían cenas, fiambres y refrescos varios. El coste de la entrada ascendía a 1 peseta el de las señoras y señoritas, y de 3 para los caballeros. El espectáculo no solo se limitó al de exhibición de las marcas de manzanillas y las casas bodegueras, también cumplió su función el flamenco y el cante, como binomio inseparable a tales fiestas típicas que se le precie. Las coplas premiadas fueron las siguientes:

Sevillana (Autor Juan M. Barba)

A beber Manzanilla bajó a San Pedro,

y no mas con olerla se hizo flamenco.

Que ver tendría ver cantar a San Pedro por Bulerías.

 

Fandanguillo (Autor M. Barrios Mesero)

Un fandango es poca cosa para tanta maravilla.

Un fandango es poca cosa; tú mereces Manzanilla,

Que replicara gloriosa la Giralda de Sevilla.

 

Sevillanas (Autor M. Barrios Masero)

Esta esencia del Cielo

que es Sol que brilla

es lo mejor de España:

¡La Manzanilla!

¡Y no hay quien pueda,

con el Sol de Sanlúcar de Barrameda.

 

En este rinconcito de Andalucía,

Fue Señora del mundo la tierra mía..

¡Que el mundo entero

lo hizo la Manzanilla

su prisionero!

Y presentada fuera de concurso fue la siguiente sevillana de manos del bodeguero y escritor sanluqueño Manuel Barbadillo. 

I

Si quieres ser torero de maravilla

acéptame una caña de Manzanilla.

No hay mejor cosa

para ver

que los toros son mariposa.

II

Marinero que bogas por el mar libre,

en el mar no hay merluza de este calibre

Ni en Bajo Guía

he visto yo

Merluza como esta mía.

III

Según dicen los sabios que lo han notado,

la playa de aquí huele a ensolerado.

Se va a la orilla…

Y en la mano se bebe la Manzanilla.

IV

No hay prodigio más grande ni más divino:

caracoles y gambas nadando en vino.

¡Viva el gracejo!

Un borracho bebiendo con un cangrejo.

V

Ni en España, ni en Asia, ni en parte alguna

hallará usted una tierra como mi cuna

¡Bien por Sanlúcar!

¡Tú vale más que vale

aquí el azúcar[2]

 

 

Jardines del Pino

Figura 2. Jardines del Pino. Principios del Siglo XX.

NOTAS

[1] DÍAZ GÓMEZ, Ana María. La Manzanilla. Historia y cultura de las bodegas de Sanlúcar, p. 224. Año 2002.

[2] Programa Gran Fiesta de la Manzanilla. Sanlúcar de Bda. Verano de 1939, Imprenta Santa Teresa. Colección Rafael Montaño García. Etiquetas y material gráfico colección: Rafael Montaño García.